25 mayo 2011

Desencantos

Han pasado las elecciones y parece que poco o nada está dispuesto a cambiar en nuestro sistema.

Ayer me pasé por SOL y la gente que sigue allí reunida con sus manifestaciones "lúdico reivindicativas" lo hacen con encomiable ánimo y perseverancia, aun cuando, a la vista está, no se espera que consigan ningún tipo de cambio a corto o medio plazo. Mi felicitación desde aquí para aquellos que se han atrevido a concentrarse y más aún para quienes han hecho posible que lo que podría haber sido un macrobotellón se haya convertido en una manifestación seria, ordenada (dentro del caos, no como catástrofe si no como mezcla, ideológico) y cívica.

Me gustaría ilustrar el sentimiento de frustración que se puede sentir ante la impasividad de la clase política acerca de los problemas reales de la sociedad y para ello no encuentro mejor ejemplo que el de mi primo (lo mismo que le pasó a Rajoy con lo del cambio climático). Jonathan, mi primo de Mieres, obrero y amante de las películas de Serie B y de Terror, se cansó de ver lo que estaba pasando y decidió tomar partido. Se afilió a UPyD para intentar cambiar las cosas y, aunque quisiera decir de antemano que no simpatizo en absoluto con la organización de Rosa Diez, a mí me parece un ejemplo a seguir por muchos otros que se encuentran en su situación. Porque, abstrayendonos por un momento de siglas, sus razones me parecen las más lógicas, nobles y dignas para entrar en política.

Aquí os adjunto un video extraído de su blog "Jonathadas" en el que él mismo explica que le llevó a tomar partido. Él es quien habla primero.